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Asi como hablamos de los beneficios, es importante para nosotros que ustedes como clientes también conozcan las restricciones de esta planta y sus límites en algunos casos. La lavanda es una planta bastante segura. No obstante, es necesario seguir la dosis adecuada y tomar en cuenta quién no puede tomar lavanda.
A continuación podrás encontrar algunos ejemplos para tener en cuenta a la hora de usar la lavanda...
Como tal, la lavanda no tiene ningún efecto negativo. Pero si se consume o se usa en exceso puede producir ciertos cambios en el cuerpo, como el aumento del ritmo cardiaco, problemas gastrointestinales, nauseas, vómitos, dolores de cabeza y alucinaciones.
Las infusiones de lavanda no pueden exceder dos tazas diarias. De igual forma, el uso de aceite puede aplicarse solo tres veces al día.
Las mujeres embarazadas o lactantes no pueden tomar lavanda.
No se debe dar infusiones o aplicar aceite en menores de 12 años.
No se recomienda su uso en pacientes con ciertas patologías como: parkinson, gastritis, epilepsia o con enfermedades del hígado. Es de suma importancia consultar con el médico de cabecera para asegurarse si puede o no usarlo.
En resumidas palabras, podemos destacar que la lavanda es una planta versátil que puede aportar beneficios a la salud digestiva, de la piel, muscular, entre otros. En casos de dudas sobre su uso o consumo, se recomienda consultar con un especialista. De ese modo, se reducen riesgos en la salud.
Es importante aclarar que, a pesar de sus grandes bondades medicinales, este no puede suplir la opinión ni el tratamiento que puede suministrar el profesional, es decir, su uso debe ser implementado para la mejora de los síntomas y si estos persisten, lo mejor es acudir al médico.
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